lunes, 28 de enero de 2008

Un Satelite averiado amenaza la Tierra


La sonda espacial Stardust brilla al reingresar a la atmósfera terrestre en 2006. Los oficiales de EUA informaron que un satélite perdió potencia y podría impactarse en la Tierra a finales de febrero o principios de marzo y dejar a su paso restos conforme se queme e ingrese de nuevo, que representan un peligro potencial y una amenaza al medio ambiente.

Eileen Sullivan en Washington, D. C.
Associated Press
28 de enero de 2008

Un satélite espía estadounidense de gran tamaño perdió potencia y podría impactarse en la Tierra a finales de febrero o principios de marzo, informaron los oficiales del gobierno de EUA el sábado.

El satélite, fuera de control, podría contener materiales peligrosos, y no se sabe en qué lugar del planeta caerá, según dijeron.

Los oficiales hablaron con la condición de permanecer en el anonimato, ya que esta información es clasificada. No se sabe con certeza desde cuándo perdió potencia el satélite o bajo qué circunstancias.

“Las agencias asignadas por el gobierno de EUA monitorean la situación”, dijo Gordon Johndroe, un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional estadounidense, cuando se le preguntó sobre la situación, una vez que esta fue dada a conocer por otros oficiales.

“A través de los años, numerosos satélites se han desviado de su órbita y han caído sin causar daños. Estudiamos las opciones posibles para mitigar cualquier perjuicio que pudiera ocasionar”.

No comentó si es posible dispararle al satélite con un misil, y sólo se concretó a comentar que sería inapropiado discutir los detalles en este momento.

Un oficial superior del gobierno expresó que tanto a los legisladores como a otras naciones se les dio parte sobre la situación.

La nave espacial contiene hidracina, un combustible para cohetes espaciales, según informó un oficial del gobierno, quien habló bajo condición de permanecer en el anonimato. Un líquido incoloro con olor semejante al del amoníaco, la hidracina es un compuesto químico tóxico que puede ocasionarle daño a quien tenga contacto con él.

El reingreso sin control de la sonda podría exponer algunos secretos de EUA, comentó John Pike, un experto en defensa e inteligencia. Por regla general, el reingreso de los satélites espías se programa hacia el océano para que permanezcan inasequibles, dijo.

Pike también comentó que no es probable que se le dispare al satélite con un misil, puesto que esta acción produciría desechos que ingresarían en la atmósfera y quemarían el suelo o se impactarían con él.

(Noticias relacionadas: Un objeto misterioso se impacta en una casa, del 5 de enero de 2007).

Pike, director del grupo de investigación de defensas de GlobalSecurity.org, estimó que la nave espacial pesa unas 10 toneladas y es del tamaño de un microbús.

El satélite crearía una fracción de los desechos que produjo la explosión del transbordador especial Columbia en 2003, aseguró.

Los satélites tienen períodos naturales de caducidad; quizá este falló desde hace un año y se encuentre justo ahora listo para reingresar en la atmósfera, agregó.

Jeffrey Richelson, un catedrático del Archivo Nacional de Seguridad, dijo que probablemente se trata de un satélite de reconocimiento.

Tales “ojos en el cielo” se usan para obtener información visual desde el espacio sobre las actividades de los gobiernos adversarios y los grupos terroristas, incluida la construcción de sitios donde se sospecha de actividades nucleares o campos de entrenamiento militar.

Los satélites también pueden ser usados para investigar el daño causado por los huracanes, incendios y otros desastres naturales.

La nave espacial de la NASA que ingresó más recientemente sin control fue Skylab, una estación de 78 toneladas abandonada que se desvió de órbita en 1979. Sus restos cayeron en el Océano Índico y a lo largo de una sección remota del occidente de Australia sin causar daño alguno.

En 2000, los ingenieros de la NASA dirigieron, con buenos resultados, el reingreso del Observatorio de Rayos Gamma Compton, mediante proyectiles a bordo del satélite para bajarlo en una zona remota del Océano Pacífico.

En 2002, los oficiales creen que los restos de un satélite científico de 3 175 kilogramos de peso chocó contra la atmósfera terrestre y sus restos se desperdigaron en el Golfo Pérsico, a unos miles de kilómetros de donde predijeron que se desplomaría.

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